15 de noviembre de 2007

¿Para qué están?

No sirve de nada que unos trabajadores, cuyo objetivo es agilizar el servicio, estén quietos y sin una organización adecuada. Este trabajo quiere plantear la precaria labor de los asistentes del paradero de micros de Baquedano.

Póngase a la fila

En los paraderos más concurridos, por lo general, lo hacen. Dentro de estos, se encuentran: General Velásquez y Escuela Militar. En esos lugares, a pesar de la gran cantidad de personas, sí se hacen filas para mantener el orden. Hugo Santibáñez es coordinador de Transantiago Informa. Actualmente está en Baquedano, pero antes trabajó en Escuela Militar, La Cisterna, Las Rejas, San Pablo y Neptuno. Él nos explicará sus funciones como coordinador, además de los motivos del caos por la falta de filas en el paradero de Baquedano.

A continuación la entrevista.

13 de noviembre de 2007

El orden en los paraderos: responsabilidad de los "validadores humanos"



Nos acercamos al horario punta, y para variar la gente comienza su rutina diaria; paulatinamente logra atiborrar el paradero de Baquedano. Pero, lo más increíble del caso es el hecho que de todos los "validadores humanos" que ejercen su labor en este paradero, su totalidad se encuentra parada al lado de los validadores, como si el hecho de que la gente "haga" bip sea lo único importante en el ordenamiento del paradero. Incluso, les queda tiempo para conversar, observar el entorno y también leer el diario.





Mientras tanto el paradero empieza su transformación; de un lugar totalemente tranquilo pasa, en cosa de escazos minutos, a una selva de usuarios, personas que se aglomeran alrededor de la micro que deben tomar para regresar pronto a sus casas.



Una imagen ya cotidiana para la gente que recurre a Baquedano: llega la micro y todos luchan por subirse lo antes posible. Por otro lado, los encargados de ordenar y simplificar el funcionamiento del paradero, aquellos que son contratados exclusivamente para eso, los llamados "validadores humanos", ¿qué hacen?



Sin embargo, Baquedano no es el único paradero de Transantiago. Existen muchísimos más. Es el caso de aquel que se encuentra a unas pocas cuadras más hacia la costa que el de Baquedano, puntualmente en la esquina de Santa Rosa con Alameda. Allí tiene su parada establecida el recorrido 204, y lo más destacable es el casi perfecto funcionamiento que posee en relación a los requirimientos de la población.



Sí, efectivamente los usuarios de la 204 encuentran en este paradero una total comodidad a la hora de tomar el bus.
Acá en Santa rosa, también es horario punta, pero no se genera ni la sombra del atochamiento humano que se forma en Baquedano. Lo mejor del caso: las personas hacen fila y ordenadamente acceden a la micro. Incluso se dan el lujo de poder elejir entre irse sentados o no.
En este lugar, los "validadores humanos" al parecer no leen el periódico ni conversan descaradamente, sino más bien se dedican a cumplir de buena manera su labor.



Es así como la gente toma tranquilamete la micro. No existe siquiera la posibilidad de que se peleen por la 204. Ellos llegan a su paradero, forman filas -tal vez extensas pero efectivas-, y logran su misión: subirse a un bus del Transantiago.
¡Qué distinto es un paradero del otro! Baquedano repleto, sucio, abarrotado, desprolijo y con unos empleados que no hacen bien su trabajo y lo que es peor, ni siquera le transmiten al pueblo la sensación de que están intentando mejorar.
Y el de Santa Rosa, completamete expedito, ordenado y educado para ser mejor, para cumplir con los usuarios del transporte capitalino y hacer valer las promesas que se hicieron al comienzo del Transantiago.


Validadores humanos que no cumplen su función

La denuncia de éste último trabajo trata sobre la mala función que desarrollan los denominados “validadores humanos” en las horas punta (en la mañana desde las 7:30 hasta las 9 horas y en la tarde desde las 18 hasta las 20 horas) en el paradero ubicado a las afueras de la Estación del Metro Baquedano, el cuál es utilizado por las líneas 303, de la Empresa Buses Metropolitana y 307, de la Empresa Alsacia, que son recorridos que van desde la comuna de Santiago hasta la de Quilicura.
Cuando comenzó éste plan de transporte se decía que: “Transantiago significaría cambios sustantivos en la vida cotidiana de millones de personas. Disminuirá la congestión, contaminación e inseguridad de la locomoción colectiva”. Esto además está “orientado a satisfacer los requerimientos de movilidad, accesibilidad y calidad de vida de los todos ciudadanos”. Sin embargo, las personas que residen en la comuna de Quilicura y que necesitan tomar su bus en el paradero de Baquedano, experimentan a diario, exactamete todo lo contrario a dichas promesas.
Según datos entregados por los propios monitores que trabajan en aquel lugar, son alrededor de diez los que se encuentran en dicha estación organizando que todo funcione a la perfección. Pero, de estas diez personas sólo dos tienen un trabajo estable, el cual es tratar de no dejar pasar a ningún usuario sin validar su tarjeta bip. Los otros ocho, en cambio, sólo se dedican a leer el diario y a conversar mientras la gente se pelea por tomar una micro.
Por otra parte, comparando estos datos con los entregados por los monitores de Transantiago ubicados en el paradero de Santa Rosa con Alameda, la cantidad de personas que transitan en horas punta en aquel paradero es más o menos similar a la de Baquedano, esto quiere decir 150 personas por hora. No obstante, en éste paradero la cantidad de monitores llega a sólo cuatro personas, las cuales sí logran ejercer de buena manera su labor. La razón: se encargan exclusivamente de que la gente valide su tarjeta bip, haga fila para tomar la micro ordenadamente y así no provocar aglomeraciones.
Para concluir, es necesario señalar que aunque en ambos sectores transita la misma cantidad de público en horas punta, la diferencia es que en el paradero de Santa Rosa la gente posee una cultura de respeto por los demás, debido a la óptima función que ejercen los “validadores humanos”, a diferencia de lo que ocurre en Baquedano.